Descripción:
El proyecto apela a la memoria colectiva generada sobre un espacio, que aparenta diluirse en el día a día, mas la alternancia de su presencia-ausencia constituye la vibración que genera la vida.
Se configura un recorrido abierto a través de un espacio envolvente que tiene como centro el monumento a San Martín. Se proyectan videos sobre los paneles que conforman el espacio, desde dentro.
Los videos evocan las diferentes épocas y transformaciones que se han dado en el espacio que actualmente ocupa la plaza San Martín, construyendo una idea de espacio ambigüo entre espacio ocupado-desocupado desde la fragementación del volúmen histórico de la plaza conectada por líneas de horizonte espacial.
Antecedentes:
Sobreposición de capas históricas, el tiempo como argamasa, los hijos del futuro, los padres del pasado.
Somos el fruto de las vidas pretéritas. Éstas conformaron nuestro devenir y subyacen a la realidad actual. El presente contiene esta superposición de capas de tiempo, invisibles y mudas, no obstante reales.
Así como una conversación con la abuela o con los padres dan visos sobre nuestro ser, nosotros andamos a tientas descubriéndonos mientras actuamos, la matrona o la abuela conoce detrás de bambalinas que vida tuvimos. Nuestra historia de esta misma manera está contenida en la serenidad mustia de las veredas, los rasgos y la dignidad de los monumentos históricos que se resisten a la vorágine contemporánea de inmediatez y tránsito rápido.
Pero como peruanos, como ciudadanos pertenecientes a una república ¿quienes son esos seres del pasado, quienes nos hablan? ¿A dónde nos llevan los rastros que el día a día trata de ocultar?
El espacio que conforma la ciudad está supeditado al paso del tiempo. Los cambios la descoyuntúran, borran sus huellas, lo recontagian o lo reconstruyen.
El proyecto llama estos fantasmas, evoca la historia del paisaje prehispánico, al monasterio y su hospital, a la estación ferroviaria, y trae a nosotros la evolución del entramado de la ciudad irrepresentable en verdaderas magnitudes, configurando una fantasmagoría montada sobre el pasado.
Nosotros no vamos tras esas líneas, sino que buscamos despertar nuestros fantasmas.La modernidad, nos ha planteado un lienzo en blanco de trama cartesiana, en donde la vida tiene una misma polivalencia ... hacia delante, el infinito.
Sustentación
El proyecto busca aproximarse a las vivencias del hombre en torno a un espacio significativo. Un espacio en el que entrega algo de sí mismo, deja constancia de su propia identidad, su esencia como partícipe de su historia. Es pertinente en el contexto de la Plaza San Martín por su significación histórica y su presencia desfasada entre restos de un pasado languideciente y un presente cada vez más divergente en su movimiento contínuo y arrítmico. Es un pedazo de historia que se resiste a entregarse del todo al mundo actual, globalizado en compases aberrantes. Las presencias se manifiestan, si bien fugaces, reales y somos sólo un momento en la transición que se va dando. Los andares pasados, como tradiciones de fantasmas que arrastran cadenas, están ahí. Son latentes, los ciudadanos los percibimos, muchas veces sin ser consientes de ello y sin poderlo explicar.
La plaza San Martín es uno de los emblemas de nuestra república, el monumento al libertador se yergue en ella, lejano a la prostitución juvenil, los asaltos, las oficinas, las diferencias sociales que marcan el Club Nacional, el Gran hotel Bolívar, el Hotel Plaza, con los edificios en desuso. Es el epicentro de la vida administrativa y política de la república peruana, donde la diversidad resume la realidad de nuestro aun joven Estado. Es este pasado aun presente y porqué no futuro, el que nos mueve a replantearlo, a mirarlo y en buena hora, reconciliarnos con él.
